lunes, 6 de agosto de 2012

Retorno a Clases


Este mes retornamos a clases. Pagos, compras, estrenos, esperanzas y diversos ánimos nos acompañan. La ilusión de un buen inicio es el sueño que todos guardamos, pero sueños, sueños son.

Este tiempo es un tiempo de reorganizar, de preparación, de ajustes,  de adaptación, de aclimatarse, para que sea un buen inicio.

 Las clases no inician este lunes 20, inician una semana antes.

Regularizar el dormir, la vigilia, la alimentación,  la limpieza, el orden, son prerrequisitos importantes, para formar hábitos.
Si queremos tener resultados en la atención, la concentración y en todos los procesos superiores mentales, necesitamos regularizar las funciones biológicas y psicológicas primarias.

El dormir es una necesidad primordial, que regula el ritmo de la vigilia, es decir el de la actividad. Descansar por la noche, las horas necesarias,  hace que podamos mantenernos alertas en las funciones diarias.
No dormir es un indicador de que algo no está resuelto o se encuentra alterado.
Sabemos que dormimos si SOÑAMOS, aunque no lo recordemos, el soñar es el guardián del dormir.
El estado de duermevela (despertar de a ratos) no es dormir e indica que hay angustia, lo cual puede provocar pesadillas, que igual provoca un mal dormir.
Los trastornos del sueño son padecimientos que hay que atender, sea un niño o un adulto.

Los trastornos de alimentación, pueden indicarnos si hay una mala integración maduracional y conductal  en la persona. Hoy todos hemos escuchado la anorexia y la bulimia como un trastorno de alimentación, sin embargo no son los únicos; comer en exceso, ser muy selectivos, no tener horarios, comer alimentos “chatarra”, la constipación etc., nos hablan de  padecimientos que nos indican, problemas en los INTERCAMBIOS del exterior con el interior. Todo lo “otro” que no soy yo es rechazado, por ser visto como amenazante o persecutorio; conservar la integridad del interior se convierte en una negación obstinada con cualquier posibilidad de lo que venga de fuera, hasta inclusive el conocimiento. Los chicos también se niegan a recibir cualquier cosa que no sea lo que ellos creen, tornándose como auténticos “anoréxicos” mentales.

La limpieza y el orden son también funciones básicas, la interacción de la realidad con el yo de la persona, se logra con la puesta en acción de una reglamentación propia, es decir de darle un orden a esa realidad caótica. La Sra. Montessori descubrió que hay un orden natural en los niños y que éste se va coordinando con el del mundo que le rodea, representado por  los adultos. Si este encuentro niño – adulto no es  afortunado el conflicto emerge y aparece un niño agresivo, inquieto, intolerante. Su mundo interior se desorganiza y el mundo externo se vuelve agresivo. El chico puede terminar muy frustrado y anegado en una impotencia enfermiza,  literalmente se neurotiza.
Entendamos pues el orden de los chicos, invitémoslos a apegarse al orden que nuestra sociedad impone sin tantos conflictos. Trabajemos su tolerancia a la frustración.

Las funciones primarias no son más que las del intercambio, y el afecto no es más que ello. Si logramos que estos intercambios se regulen, el ambiente afectivo se torna posible para que nuestros chicos se motiven y encuentren que el saber es algo que pueden integrar a su vida diaria y que no es un algo ajeno a ellos que los viene a amenazar y a hacer sentir mal.

Hagamos que se sientan amados y amen el saber, no que lo odien y lo rechacen.