domingo, 22 de agosto de 2010

El Sistema Multisensorial Simbólico

El SISTEMA MULTISENSORIAL SIMBOLICO tiene sus inicios en 1961, de los trabajos realizados por la Profesora y Terapeuta en Comunicación Humana Susana Alardín González, en el trabajo realizado clínicamente en el Instituto Nacional de la Comunicación Humana. El contacto que tuvo con los hipoacúsicos (sordos), le dio la oportunidad de observar que la gente que oye se comporta como si no oyera y por lo tanto habla como si no entendiera lo que dice. Es decir somos en muchos momentos seres que desconocemos lo que decimos y lo que nos dicen. Como si no compartiéramos una misma lengua hablada y escrita a pesar de la formación académica que tengamos.

Queremos expresar nuestros sentimientos y expresamos ideas y satisfacciones; deseamos hablar de nuestros problemas y terminamos culpabilizando a los otros; denotamos que no sabemos comunicarnos y permanecemos auténticamente como los hipoacúsicos: huraños, hipersensibles, agresivos, demandantes, etc..
Ser poseedores y ejecutores de una lengua no bastan para asegurar que haya una relación entre dos seres, estos pueden permanecer sin un diálogo por toda una vida y sin establecer lazo social con otros sujetos.
Sabemos dar información, como si fuera una tarea, una monografía, el reporte de una lectura obligada por el profesor, pero no sabemos dar cuenta de nuestro decir.
La profesora Alardín se percató que no sólo hay que enseñar la lengua, es decir un código formal que todos compartamos, el saberlo no garantiza que podamos comunicarnos. Conocer la sintaxis, gramática, ortografía, estilos literarios y de expresión, aún con el mejor método que se utilice no hace a seres comunicables, solo forma sujetos siguiendo reglas y convenciones impuestas por la comunidad, representadas por una autoridad; esto es muy útil pero no es todo.
Para que el sujeto se comunique, necesita saberse y saber del otro, proceso que no es lineal, ni grupal, sino vincular.
Relaciones tan importantes como con la madre y el padre y hermanos, son relaciones irrepetibles que encierran una cosmología que direccionan su entendimiento y todo lo afectivo que perdurará en su vida.
Este proceso no sigue una programación preconcebida, de hecho todos los que somos padres, nos lamentamos que no haya “una escuela” para serlo y es que la “escuela” que nos lo enseña son nuestros padres. Ellos son los mentores no titulados que se hacen cargo de transmitirnos su saber y nos hacen pasar grado a grado nuestro proceso de vida hasta titularnos en la existencia.
Si pasamos esta enseñanza, ¿por qué la olvidamos?, ¿por qué ignoramos que nos dieron una forma de sabernos?, ¿por qué desdecimos lo que aprendimos a decir a través de ellos?, ¿por qué si digo que no soy como ellos, termino descubriendo que hago lo mismo que ellos?, ¿por qué nos asustamos cuando nos vemos parecidos a ellos?.
Creemos ser unos y somos otros.
Afirmamos tener un proyecto de vida, que es tan sui generis, y descubrimos que es un plagio de los que nos antecedieron.
Nos vemos atrapados en una significación que no es la nuestra, es la del “otro”.
El SISTEMA MULTISENSORIAL SIMBOLICO aporta un recorrido retroactivo a como fuimos formados. Sus cinco programas, nos van dando a conocer la forma en que fuimos estructurados. Razón – emoción ligados por tiempo y espacio son dimensiones que van siendo el material con el que el edificio que somos se vaya formando. Es mediante el trabajo terapéutico en sesión, cara a cara, de forma individual, quien permite que vayamos descubriendo lo que somos y podamos ir encontrando la manera de cómo decirlo, por lo tanto sabremos decir al otro, teniendo un encuentro auténtico.
Un proceso de comunicación humana alterado impedirá que cualquier expresión humana se coarte, no habrá aprendizaje, buena conducta, relaciones afectivas significables, vida social ética y moral. Comunicarse es vivir. *T. C. H. Susana Alardín González