domingo, 18 de julio de 2010

Alteraciones en el desarrollo

Si tu hijo presenta problemas de:

Conducta
Lenguaje
Aprendizaje
Adaptación
Socialización
Entonces vives las manifestaciones de cada una de estas problemáticas, las cuales pueden ser muy variadas:
No se está quieto; pelea con los hermanos; hace berrinches; pega, rompe y tira cosas; es audaz; no respeta límites; lo reportan en la escuela; no puede ser entendido en su lenguaje; se desespera fácilmente; busca la atención toda para él; se burlan de él; tiende a aislarse; es muy torpe, se cae, es muy brusco; su rendimiento es inestable; sufre para hacer tareas; va reprobando; ha tenido que cambiar de escuelas; no alcanza el ritmo del grupo; no copia tareas y se le olvidan los cuadernos; prefiere no participar en las actividades en el aula; es rechazado por sus compañeros; se hace el bufón del grupo; es amigo de los chicos más difíciles; es al que acusan de las travesuras del grupo.

Nuestro sentido común tiende a explicar estos comportamientos en una relación causal inmediata:

“El maestro le tiene mala voluntad; se resolverá con el tiempo; esto le pasa a todos los chicos de su edad; tiene amigos que lo mal influencian; imita al problemático; es más chico que los otros; juega demasiados videojuegos; la tía lo consiente de más; quien los cuida no está atenta; los papás están ausentes gran parte del día; se considera que uno de los padres es el consentidor; se piensa que el chico es víctima de todos; el chico es demasiado demandante, desobediente y manipulador y le gana la flojera”.

Sin embargo esto no es así, en nuestra experiencia de 36 años hemos encontrado que las causas de todas estas sintomatologías son ALTERACIONES en el Proceso de Comunicación Humana, ya sea en la Recepción, en la Integración o en la Expresión.






Para que haya un buen RIE se necesita un nivel de madurez neurológica acorde a la edad, y un cuerpo bien integrado en lo sensorial y funcional.
Aunque esto es lo ideal, no siempre se tiene. Pueden presentarse problemas que afectan al niño, en la gestación, o al nacer, o bien, al irse desarrollando. Lo que trae una dificultad en las vías sensoriales y por lo tanto en el desarrollo psicomotriz, que son la base del desarrollo psíquico del ser humano.




Lo sensorial y motriz, permiten que el chico vaya alcanzando desarrollar habilidades importantes como son la percepción, lateralidad, esquema corporal, espacio y tiempo. Áreas que son vitales para el desarrollo de las capacidades intelectuales y adaptativas del sujeto.
El chico que aunque ve bien, pero perceptualmente no puede integrar bien los estímulos, no será capaz de discernir la figura del fondo, no será capaz de tener una buena función viso motriz, por lo que no podrá trazar líneas que le permitan después iniciar el trazado de grafos, por lo que menos podrá hacer el seguimiento visual para leer. Las consecuencias serán que al chico le desagradará la escuela, saboteará las tareas, preferirá jugar más que poner atención, platicar será más atractivo que adquirir el gusto por leer y escribir.
No lograr un buen desarrollo puede afectar la vida emocional de los chicos, no sólo por los fracasos que le implican sus inhabilidades, sino por que éstas le permiten también acceder a la vida emocional, a un chico que no desarrolla una buena noción de sí mismo, le resultará difícil tener confianza y seguridad y recurrirá a la inhibición o a la agresión como medio de relación, pero no sólo eso, su vida de relación con el OTRO se verá matizada por la desconfianza y la incapacidad para sentirse aceptado.
Estas áreas de desarrollo son fundamentales para que un niño SEA, intentar explicarlo mediante conceptos psicologizantes es sólo confundir que un NIÑO es un NIÑO. Ni es bipolar, ni es mal intencionado, ni es la consecuencia de alguien más.

Un niño sigue un desarrollo que a nuestros ojos adultos es obvio y por lo tanto lo damos por sentado, lo explicamos como algo natural, que a todos les va pasando. Para aquellos que no viven con chicos con alteraciones en sus procesos esto solo sucede. Si nos detenemos observaremos que los chicos presentan una evolución que va acorde a los demás chicos de su edad, pero también sigue las particularidades de él mismo.
En el Sistema Multisensorial Simbólico siguiendo las teorías de Piaget, Gesell, y Spitz podemos observar que las características que presentan todos los chicos se pueden ver agrupados en Estadíos que van así:


Aún así no todos los chicos de 3 a 7 años son iguales, como el de 5 no lo es al de 10 años, la distancia de meses y un año puede ser abismal, lo que no sucede ya con una gente de 35 años comparada con una de 43 años.
Cada etapa presenta sus características, pero cada chico mostrará o respuestas muy adelantadas, o atrasadas, o acordes para su edad en algún área. Así como presentar un retraso en algún área también puede ser un problema presentar respuestas muy adelantadas.
Es importante saber si hay un retraso o una precocidad en las pautas de conducta del niño, pues su desarrollo es como una pila de monedas, que si no se integran bien las primeras, las posteriores se irán cayendo.
Recuerda, podemos respetar el proceso de tu hijo, pero al ser un ser social, la exigencia que ésta implica puede demandarlo tanto que bloquee este desarrollo.
El ámbito escolar representa el lugar donde tu hijo se hará poseedor de toda la cultura y por lo tanto lo formará para que logre una adaptación conveniente. Es ella quien le pedirá que posea las habilidades necesarias para que haga tal función, por lo que no basta que funcione bien en casa, necesita ponerse en juego frente a la institución social que es donde finalmente encontrará las formas de superarse, como un ser independiente y con libre albedrío.

miércoles, 7 de julio de 2010

Fin de cursos

Este final de ciclo escolar 2009-2010 nos permite valorar el esfuerzo dado en el año, y nos invita a reflexionar sobre lo vivido, no sobre los resultados, la experiencia obtenida es más valiosa que un diez o una medalla, ayudemos a que el tránsito por la escuela sea un acontecimiento que nos llene de satisfacción y de posibilidades.

Les ofrecemos las siguientes ideas para que a partir de ellas puedan plantearse desde dónde se ubican para celebrar con sus hijos los resultados obtenidos.



¿Qué esperas de tu hijo...?Presuponemos que lo que esperamos es lo mejor para él.Nos basamos en lo que socialmente se estipula y en lo que nuestro amor nos dicta.Olvidamos que nuestros chicos se ven atravesados por nuestro deseo, nuestra mirada los toca hasta lo más recóndito, la voz que los designa, los señala.Ser dichos no es lo mismo que decirnos, ya que al calificarnos adoptamos el imperativo "eso soy". La razón categórica no da lugar a la duda "eso somos". Emerge una certeza que no es cuestionable, que atraviesa al ser haciéndonos objetos de los demás. No queda más recurso que violentarnos o inutilizarnos. Si nos defendemos nos marginamos, si nos pasivizamos sufrimos.En esta época de exámenes y calificaciones finales, corremos el riesgo de vulnerar a nuestros hijos; el reprobar o aprobar se tornan verdaderos designios y calificativos del sujeto.Los chicos ya no son ellos, son las calificaciones, los reportes, la ansiedad los hace presa.Alitosis, insomnio, gripas, afonías, accidentes, erupciones, son entre otras las manifestaciones de esa VOZ que señala, que atraviesa.La obtención de una calificación aprobatoria se convierte en un asunto de vida o muerte. El chico prefiere morir un poco antes del resultado, es decir mortificarse. Asunto silencioso, que se manifiesta sin manifestarse.El asunto se convierte en una resurrección o muerte anunciada.Nosotros los padres nos tornamos un tanto sádicos, libertinos, inconscientes. Gozamos sin saber del "otro", el chico se ve atrapado en nuestras redes.Todo transcurre tan taimadamente que no nos percatamos y la laceración surge.Evitemos esto, hablemos con el chico, hagámosle hablar y hablemos nosotros también. ESPEREMOS "qué puede ofrecerme" y no "qué quiero de él".Aprendamos que no basta mostrarle el amor y por lo tanto que yo sé qué es lo que él necesita y que yo soy quien puede dárselo. Permitámosle que nos muestre de lo que es capaz y aceptemos lo que nos puede dar. DEJEMOS QUE ÉL NOS AME, DÉJESE AMAR.